Como si del juego del Tetrix se tratara, las piezas van encajando según transcurren los acontecimientos. El cambio de Gobierno que se le estaba reclamando al presidente Zapatero desde diversos sectores, tanto de la sociedad como internos del partido que lo sustenta, se ha producido en el momento adecuado. Ha habido momentos especialmente difíciles, pero ninguno como el previo a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, porque si no eran aprobados no había más remedio que convocar elecciones generales anticipadas. Algo que reclamaba insistentemente la oposición, especialmente cuando las encuestas le daban la mayor distancia en intención de voto con el Partido Socialista.
Ahora bien, una vez superado ese Tourmalet de la política con el apoyo del Partido Nacionalista Vasco y de Coalición Canaria era el momento adecuado para, aprovechando la salida prevista de Celestino Corbacho del Ministerio de Trabajo, hacer una remodelación en profundidad que diera músculo al Gobierno con el refuerzo de carteras clave y así matar dos pájaros de un tiro: alcanzar el final de la legislatura con las mejoras necesarias para la sociedad y darle la vuelta a las encuestas.
No voy a comentar cartera a cartera, porque eso ya lo han hecho los periodistas y analistas políticos habituales en todos los medios de comunicación; pero sí quiero destacar la relevante figura de Alfredo Pérez Rubalcaba y el impulso que le ha querido dar el Presidente a través de él a la comunicación. Rubalcaba es muy conocido y también querido en Ciudad Real, en donde fue profesor de Química en el Colegio Universitario hace algunas décadas. El hecho de haber sustituido a María Teresa Fernández de la Vega, elogiada por Zapatero en la rueda de prensa donde comunicaba los cambios, mantener la cartera de Interior y ser el portavoz del Gobierno, le confiere un poder importante y necesario para sacar de él todo el provecho que es capaz de dar. Hombre de Estado donde los haya, se trata de una de las cabezas mejor amuebladas (y hay más), no ya del PSOE sino de toda la esfera política, como así se lo reconocen propios y ajenos, a la vez que dotado de una gran capacidad de pedagogía de la comunicación.
Creo que el presidente del Gobierno ha hecho lo que había que hacer, algo que el presidente Barreda ya puso de manifiesto públicamente hace unos días, reduciendo ministerios y dando el giro y el impulso que se le estaba reclamando. Viendo los nuevos rostros y conociendo su importante trayectoria tanto técnica en algunos casos como política en todos, España estará más cerca de ser gobernada al estilo imprimido por el presidente Barreda en nuestra Comunidad, es decir, en complicidad con la sociedad.
Publicado en:
http://www.dclm.es/news/120/ARTICLE/78732/2010-10-22.html
Lanza de Ciudad Real, en la página 2 de su edición en papel el 23-10-10.
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