Angela Merkel se confirma como la indiscutible líder europea con sus viajes, reuniones al más alto nivel y propuestas de armonización, competitividad y convergencia, necesarios para combatir la crisis de deuda que afecta a la eurozona y dar confianza a los mercados.
Una vez acordadas con Sarkozy las políticas a presentar ante los 27, Merkel hizo una visita previa a España, acompañada de un amplio equipo económico. En la XXIII cumbre bilateral España-Alemania de Madrid, con el presidente español y su equipo equivalente, elogió las recientes medidas llevadas a cabo por Zapatero y acordadas con los Agentes Sociales. Éste, a su vez, manifestó estar de acuerdo con el Plan de Competitividad que Angela Merkel llevaría ante el Consejo Extraordinario de la UE, celebrado en Bruselas el pasado día 4.
El plan de Merkel consiste en lo siguiente: para incrementar la cantidad económica del Fondo de Rescate, según demandan varios de los Estados miembros, pide a cambio una armonización en el conjunto de la UE en cuanto a: vincular los salarios a la productividad y no al IPC (como sucede en España desde hace tiempo); incrementar la edad de jubilación (hechas ya en España y en Francia); control del déficit público (máximo del 3%) y de la deuda (no debe sobrepasar el 60% del PIB); armonizar los sistemas de Seguridad Social y la base imponible del Impuesto de Sociedades. En definitiva, lo que pretende la canciller alemana es que los indicadores económicos relevantes en la competitividad, entren en la política común. El problema es que para hacer eso posible, los Estados miembros deben ceder soberanía.
De momento España dice que la vinculación o no de los sueldos a la productividad, en vez de al IPC, debe de ser acordada por Sindicatos y Patronal y que el gobierno no debe entrar en ese debate. El punto no aclarado es qué pasará con las pensiones, que aquí siguen vinculadas al Índice de Precios al Consumo. Austria no piensa dejar que nadie intervenga en sus condiciones de jubilación y Bélgica se opone a ambas propuestas. Quedan también pendientes otros acuerdos sobre suministro de gas y electricidad a precios asequibles e inversiones en energías renovables y otros flecos. Por ello, han acordado celebrar la siguiente reunión del Consejo los días 23 y 24 de marzo próximo.
Es evidente que, si hay una moneda común, se deben de establecer políticas económicas de convergencia y armonización entre los Estados miembros de la eurozona. Eso es algo que ya sucede con el dólar por razones obvias. Ahora bien, convergencia no tiene por qué significar ir a mínimos, quizá tampoco a máximos (ya nos gustaría cobrar en España los sueldos alemanes y en Francia tener los impuestos españoles), sino armonizar unos términos equivalentes en todo. Veremos qué ocurre en las próximas reuniones del Consejo Europeo.
Publicado en: http://www.dclm.es/news/120/ARTICLE/88619/2011-02-05.html
Publicado en: http://www.lanzadigital.com/convergencia_europea_pdf_19098.html
Publicado en: edición en papel de Lanza de Ciudad Real, Opinión, página 22. Día 7 de Febrero de 2011.
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