Ha sido noticia destacada en España que el pasado domingo, día 22 de
octubre, las ricas regiones italianas de Lombardía y Véneto han votado en
referéndum (no vinculante) a favor de más autonomía, principalmente en temas de
la gestión de sus recursos. Por cierto, la Constitución italiana permite ese
tipo de refrendos, dentro de la unidad nacional, aunque al gobierno central no
le haya hecho ninguna gracia. Es natural, porque el gobierno debe redistribuir
los recursos entre las veinte regiones de la república italiana en un intento
de equilibrar la vida de todos los nacionales. Para eso son los impuestos.
Para lo otro son los nacionalismos, las fronteras, los privilegios, los
secesionismos… ¿Qué hay de izquierdas en el secesionismo? ¿De qué van los
secesionistas de la CUP en Cataluña, que se dicen muy de izquierdas? Porque si
es más importante la identidad nacional que la igualdad se está dando un
mensaje muy distinto al de la tradicional identidad de la izquierda. Hoy son
muchas las personas que están opinando en las redes sociales que el problema
catalán es una revolución de la burguesía, que algunos califican de «revolución
pija».
El mensaje no es solo el «España nos roba», que tanto han explotado. Hay
otro subyacente y que coincide con el de la derecha tradicionalista española: unos
pagamos impuestos y otros se ríen de nosotros, mientras se gastan en el bar el
dinero de los planes de ayuda al empleo. Es el mismo mensaje que el de la Liga
Norte y el Movimiento 5 Estrellas en las ricas regiones del norte de Italia. Lo
mismo pasa con lo que dice Alternativa para Alemania en el país teutón; en
Holanda, en Francia, etc. No parece haber mucha diferencia entre lo que
comunican todos los movimientos separatistas, divisores, insolidarios… Y ahí se
ubica el separatismo catalán, que tanto clama por la democracia.
Estamos ante una semana crucial en la que puede (o no) resolverse la
ecuación, o al menos, atisbarse una solución. Espero que lo del pueblo de
Cataluña acabe bien. A lo mejor ayuda a entendernos el fijarnos en el código de
la circulación; es decir, mirar a los lados antes de salir del «stop» o del «ceda
el paso». Por cierto, bonita frase para dar nombre a una señal de tráfico, pues
indica tener en cuenta a otros conductores, a los que se les reconoce su
prioridad. ¿A que es solidario el código de la circulación? Y así los demás códigos
y leyes, pues respetarlos es absolutamente necesario para poder vivir en
sociedad, en armonía y en paz.
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