«A quienes no les interesa la política les gobiernan los que sí les
interesa». Winston Churchill.
Está por ver cómo quedará constituido el Parlamento andaluz después del
2-D, pero el resultado ya está, y la derecha suma más escaños que la izquierda.
Que si los ERE, que si una parte del electorado de izquierdas prefirió el
sillón de su casa en vez de la urna, etc., son explicaciones que tendrán que
analizar quienes tienen la responsabilidad de hacerlo. También se lo tienen que
hacer mirar las empresas de encuestas.
Lo verdaderamente preocupante es la irrupción de la ultraderecha en un
parlamento. Un partido que, para empezar, lleva en su ideario suprimir las
autonomías, ¿qué hace entrando en aquello que pretende eliminar? Un lobo
disfrazado de oveja o un caballo de Troya, que cumple punto por punto con los
estándares de la extrema derecha en boga por otros países europeos. Esa derecha
nacionalista que nos llevó a dos guerras mundiales el siglo pasado.
Esa ultraderecha con la que Pablo Casado no tiene empacho alguno en
declarar estar dispuesto a llegar a acuerdos para conseguir gobernar en
Andalucía. Quizá sea porque, en realidad, el actual presidente del PP no esté tan
lejos del ideario de esta nueva formación. Y eso también es preocupante, porque
es un partido que ha estado gobernando en los últimos años y aspira a volver a
gobernar. Pero Ciudadanos, ese partido que se dice de centro y que ha sido
socio de gobierno del PSOE en la pasada legislatura, ¿qué piensa hacer? ¿Se
quitará la máscara de la moderación para irse con el PP y VOX en aras de la
gobernabilidad?
En cualquier caso, Andalucía se ha convertido en un laboratorio electoral
para toda España. El próximo es un año de citas electorales, con una derecha
más desatada. Eso de que España es de izquierdas habrá que demostrarlo en las
urnas en cada cita electoral, pues en caso contrario, volveremos al camino ya
conocido de pérdida de derechos sociales, de privatizaciones, de pensiones sin
actualizar y de empobrecimiento de las clases medias. Y eso ya sería a pelo,
sin la excusa de la crisis, porque sería la derecha sin complejos, como se
declaran.
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