sábado, 8 de octubre de 2011

Eufemismos

El diccionario de la RAE cita eufemismo como: “Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. Me viene a la memoria el nombre que daban los nazis a los campos de exterminio: Campos Familiares. Seguramente sería porque metían allí a toda la familia de judíos. Para más recochineo, sobre la puerta del Campo con forma de semicírculo colocaban un cartel con el texto: “Arbeit macht frei”, el trabajo te hace libre.

En nuestra vida cotidiana utilizamos eufemismos para nombrar muchas cosas o acciones. Por ejemplo, llamamos residuos sólidos urbanos a las basuras, nos excusamos para ir al baño, y todos convenimos en que no te vas a bañar en ese momento, y un amplio etcétera. Lo que la presidenta Cospedal llama Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos, está siendo interpretado por amplias capas de la sociedad castellano-manchega como un duro plan de recortes de esos mismos servicios sociales básicos, con el despido de personal docente y se prevé que sanitario, farmacias y personas dependientes que no cobran… y lo que es peor, muchas personas interpretan esto como el comienzo de la que se avecina una vez pasen las próximas elecciones generales del 20 de noviembre.

Si, en la Convención de Málaga del Partido Popular, Mariano Rajoy pone como ejemplo a nuestra Región de lo que su partido está dispuesto a hacer en España, en caso de ganar las elecciones, ya sabemos varias cosas: una, culpará al anterior gobierno de la situación económica; dos, someterá a nuestro país al Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos que ya se está desarrollando aquí, con las consabidas consecuencias; tres, dirá que no puede hacer nada hasta que las cuentas le salgan. Y, mientras tanto, más personas al paro, la economía en recesión y la calle revuelta. Eso sí, de todo lo que suceda culparán a Zapatero. Cuando alguien adquiere una empresa en funcionamiento, se subroga en su balance, es decir, se hace dueño de las ganancias y de las pérdidas. Su buena gestión consistirá en sacar adelante esa empresa. Pues con los gobiernos sucede lo mismo. Echar la culpa al anterior no vale, hay que gestionar con lo que hay, y si no sabes o no puedes, debes dejar que se ponga otro, pues nadie te obliga al cargo.

Hace unos días, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Rouco Varela, manifestaba que los obispos “orientarán” a los católicos ante las próximas elecciones generales. Uno se pregunta si esa orientación tendrá que ver con el Evangelio porque, como están las cosas, viene a colación la expulsión de los mercaderes del templo por Jesús (Jn, 13-22), ¿van a hablar contra esos mercados que están esquilmando a los más débiles en todas las naciones, con motivo de la crisis que ellos mismos han provocado? ¿Van a pedirnos el voto para aquellos partidos que propugnen la justicia social, la igualdad, la tolerancia, el respeto al prójimo y la protección a los más débiles, es decir, a los más próximos al mensaje evangélico? En este contexto, un pasaje que me llama especialmente la atención, es aquel en el que unos fariseos quieren meter a Jesús en política y le preguntan si deben pagar sus impuestos a Dios o al César. Él les pidió una moneda y preguntó de quién era la efigie. Cuando le respondieron que del César, contestó con la famosa frase: “lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios” (Mc, 12, 13-17). Si el Maestro eludió meterse en política, deberían pensárselo sus representantes.

Lanza, edición en papel, página 20, 10-10-2011


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