domingo, 20 de agosto de 2017

Yihadistas


Los recientes atentados del pasado día 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, que ocasionaron 14 víctimas mortales y más de un centenar de heridos, han agitado a la sociedad española y occidental y han puesto aún más en alerta a los cuerpos de seguridad. Como ya sucediera con los atentados anteriores en otras grandes ciudades europeas, han supuesto un hito que marca un antes y un después en muchas cosas. Se dice que quieren acabar con nuestro modo de vida occidental, pero más del 90% de los ataques yihadistas se producen en países musulmanes. Dos días después de los atentados en España, han atacado en un restaurante de la capital de Burkina Faso, un país de predominio musulmán, ocasionando 18 muertos de varias nacionalidades.

Los atentados en Cataluña nos han hecho reconocer que formamos parte de la macabra lista de objetivos de esos terroristas, que algunos definen como terrorismo islamista, por ser el Islam la religión que profesan. Un islamismo mal entendido o mal interpretado, según manifiestan estos días portavoces de esa confesión religiosa, quienes mientras condenan los atentados, se sienten perjudicados por la interpretación generalista que las sociedades occidentales hacemos a raíz de los atentados, metiendo en un mismo saco a todos los de esa religión.

Estos días está corriendo por las redes sociales no solo la islamofobia, sino otras fobias hacia los refugiados, los extranjeros, los no católicos y, en definitiva, los diferentes. Los extremistas están haciendo su agosto sacando del armario sus apolilladas consignas contra todo lo que se menea y, mientras tanto, la sociedad está tratando de seguir con su día a día, llegar a fin de mes o tomarse unos días de vacaciones; las fuerzas de seguridad siguen con su trabajo, y los mandos políticos tratan de ponerse de acuerdo, no solo en lo indispensable, sino en lo necesario. Quizá este desastre pueda servir para que los políticos vean más allá de sus propias narices y se pongan a trabajar en lo que les une y no en lo que les separa.

Las calamidades unen a las sociedades sanas y ha sido un clamor de unidad y cariño hacia Barcelona, hacia Cataluña, no solo desde toda España, sino desde el resto de Europa y del mundo. Aprendamos todos la lección: en efecto, del «no tenim po» (no tenemos miedo), pasemos al «junts som més forts» (juntos somos más fuertes).

Publicado en:
http://www.lanzadigital.com/opinion/yihadistas/
http://www.clm24.es/opinion/casimiro-pastor/yihadistas/20170821094434170528.html
http://dclm.es/noticias/61744/yihadistas
http://imasinformacion.es/not/20794/yihadistas/




viernes, 11 de agosto de 2017

Dicen que se acabó la crisis


Tendemos a creer que no pasa nada, hasta que pasa. En nuestro país, estamos contemplando con cierta sorpresa (así nos lo hacen ver los medios de comunicación) el conflicto de los estibadores, en su momento, ahora el del aeropuerto de El Prat y alguno más… Ellos son la avanzadilla de lo que está por llegar. Hicieron falta pocas huelgas para que el gobierno implantara la llamada Reforma Laboral, que supuso la pérdida de golpe de los derechos que los trabajadores habían conseguido durante décadas, poco a poco. En realidad solo hizo falta que el Partido Popular ganara por mayoría absoluta.

Esa Reforma, que el gobierno justificó como necesaria para “crear” empleo, consiguió que se perdieran derechos sindicales, profesionales, se facilitara el despido, se redujeran los sueldos y se precarizaran los contratos. Todo ello, como consecuencia de la crisis, dijeron. Una crisis que no crearon los trabajadores, pero cargaban con las consecuencias. Sin Reforma Laboral, el gobierno también desligó la subida de las pensiones del IPC, con lo que los pensionistas ya pierden poder adquisitivo a velocidad de crucero.

Al señor Rajoy se le llena la cara de sonrisa y satisfacción indicando que ya se ha acabado la crisis, y los ciudadanos podemos creérnoslo o no. La señora ministra de empleo y seguridad social, doña Fátima Báñez, se atreve a afirmar en púbico lo que es una recomendación de la OCDE: que hay que subir los sueldos en España. Cierto, pues en lo que dependa del gobierno, ya pueden empezar; lo demás depende de las empresas. Si los sueldos aumentan, lo hacen las retenciones y los ingresos de la S.S. para pagar las pensiones y demás; la rueda de la economía se activa y el país funciona mucho mejor. Se sale de la crisis de verdad.

Si acabarse la crisis solo es que los grandes empresarios estén ganando a niveles previos a ésta, pero esos beneficios no se derivan también a los trabajadores, como sujetos activos, estaremos abocados no solamente a un rosario de conflictos colectivos en aquellas empresas cuyos trabajadores los puedan llevar a cabo, sino al fracaso como país. La crisis no solo no habrá terminado, sino que se agravará y provocará consecuencias hoy por hoy insospechadas. Los actores principales, gobierno y agentes sociales, ya pueden ponerse manos a la obra porque se avecina un otoño caliente, más incluso que este verano de los incendios. 

Publicado en:
http://www.lanzadigital.com/opinion/dicen-se-acabo-la-crisis/
http://www.clm24.es/opinion/casimiro-pastor/dicen-que-se-acabo-la-crisis/20170812092221169647.html
http://dclm.es/opiniones/3338/dicen-que-se-acabo-la-crisis
http://imasinformacion.es/not/20767/dicen-que-se-acabo-la-crisis/