viernes, 29 de marzo de 2013

Por un clavo



Una canción popular inglesa reza así: “Por un clavo se perdió una herradura; por una herradura, un caballo; por un caballo, una batalla y por una batalla, el Reino”. La situación que está viviendo Chipre me ha hecho recordar el mensaje que transmite esa letra. El corralito que se le impuso el pasado día 15 de marzo para proceder a su rescate, ha hecho saltar por los aires la confianza que los ciudadanos de toda la zona euro podíamos tener en nuestras instituciones financieras e incluso en el euro como moneda común.

Por mucho que ahora los mandatarios de las naciones se apresuren a asegurar que la experiencia chipriota es única y no extrapolable, lo cierto es que el presidente del Eurogrupo  el holandés Jeroen Dijsselbloem, declaró (aunque luego matizó) que las quitas a los grandes depositantes e inversores, podría extenderse a otras entidades de la eurozona con problemas. Recuérdese que en un primer momento, los pequeños depositantes también estuvieron en peligro en Chipre. Inmediatamente, las consecuencias de esas declaraciones se han notado con grandes caídas de las entidades bancarias españolas e italianas en las bolsas de Madrid y Milán, así como en una subida de la prima de riesgo de ambos países.

No me imagino un caso parecido en los Estados Unidos de Norteamérica. Es sabido que California tiene una economía con más problemas que Grecia antes del rescate, pero a nadie se le ocurre “atacar” a ese Estado porque detrás está la Reserva Federal. Me pregunto por qué el Banco Central Europeo, cuyas siglas BCE figuran en todos los billetes de la moneda común, no tiene una actuación similar a su equivalente norteamericana. Con ello se evitarían todos estos terremotos financieros y quiebras de confianza. Es de temer, e incluso de esperar, que los grandes inversores huyan a una moneda que les infunda más confianza, como el dólar, en detrimento del euro de quien es más difícil fiarse dadas las circunstancias.

En nuestro país también hemos tenido nuestros cuasi corralitos particulares, como el caso de las acciones preferentes (vaya nombrecito, como si viajaran en los mejores vagones del AVE) y otras estafas, mientras vemos cómo se lo llevan crudo (presuntamente) determinados políticos y dirigentes de entidades financieras, luego rescatadas, con retiros y jubilaciones de oro. Estos días está haciendo furor por las redes sociales la frase: toda la vida mirando a los lados en los cajeros automáticos por si nos robaban y había que mirar de frente.

Lo cierto es que si la confianza es fundamental en cualquier circunstancia de la vida, lo es más aún en cuestiones económicas. A este respecto, en los Estados Unidos se cuenta el chiste de que el animal más miedoso del mundo es un millón de dólares, porque huye ante el menor problema. Mucho deben de correr nuestros gobernantes para que les creamos, para que les crean en Europa tanto los inversores como las instituciones, para que el conjunto de la ciudadanía europea crea en sus propias instituciones financieras y en el propio euro; porque en estos días, sin haber hecho nada para merecerlo, muchos tenemos la sensación de estar indefensos ante los tiburones, pues en cualquier momento podemos ser presa de sus dentelladas y sin saber dónde refugiarnos ni quién nos defenderá.

Poco sostenible es el "Reino" del euro, si un clavo como Chipre, con tan solo el 0,2% del PIB de la eurozona, lo hace tambalearse de esta manera. 

Publicado en:

http://www.dclm.es/opiniones.php?id=606
http://www.lanzadigital.com/opinion/por_un_clavo-4z7135.html
Diario Lanza de Ciudad Real. Edición en papel pág. 33. 31-03-2013. 

Artículos posteriores relacionados: 
http://economia.elpais.com/economia/2013/03/30/actualidad/1364675392_502515.html
http://elpais.com/elpais/2013/03/30/opinion/1364668911_496613.html
http://economia.elpais.com/economia/2013/04/08/agencias/1365429511_411114.html

jueves, 21 de marzo de 2013

Corralito piloto en la zona euro


Da igual que haya sido en Chipre o en cualquier otro lugar, pero el hecho es que en la zona euro se ha ensayado el corralito. La noticia ha corrido como un reguero de pólvora por el mundo entero y ha dejado muy tocada la credibilidad del euro. No es de extrañar que se invirtiera la paridad euro-dólar y quedáramos por debajo. Como la energía la pagamos en dólares, podrían ponerse los combustibles a precios inasumibles por la población.

¿Qué ha pasado en la isla de Chipre? Todo su sistema bancario tenía sus activos invertidos en deuda pública griega y, ante la situación de aquella nación, quedaron en quiebra técnica. Según la agencia de calificación Moody’s, los activos de los bancos chipriotas supondrían el 650% del Producto Interior Bruto (PIB) de la isla. Además, puede haber unos 26 mil millones en depósitos de ciudadanos rusos; pero es que el PIB de 2012 fue de 17,7 millones de euros, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). La exposición de los bancos a Grecia se estima en un 168% del PIB y la morosidad podría llegar al 30%. No hace falta ser un lince en economía para inferir de estos datos que Chipre está quebrado.

Un país con un millón de habitantes, que entró en 2008 en la zona euro y cuyo PIB representa tan solo el 0,2% del total, no puede poner en jaque a toda la eurozona. La petición de rescate y las exigencias de la Troika de una quita en todos los depósitos bancarios chipriotas, para acceder a su concesión, es lo que ha encendido todas las alarmas. Algo que parecía inviolable como son los depósitos bancarios, tras esa desastrosa decisión, ya no se tiene la seguridad en el conjunto de la Unión Europea. Porque, ¿quién garantiza ahora que los depósitos bancarios sean seguros? ¿Con qué autoridad lo podrá asegurar? ¿Qué credibilidad le otorgaremos? Se ha abierto un melón de incalculables consecuencias.

Explicado de forma sencilla, el sistema bancario funciona como un engrase para la economía. Es decir, el ahorrador le entrega al banco un dinero, del que obtiene un interés, y el inversor lo toma del banco a un tipo más alto de interés. La diferencia entre ambos es lo que se queda el banco por su intermediación. El ahorrador está convencido de que el sistema le garantiza siempre su capital y cobra un pequeño beneficio, como también estamos todos convencidos del valor facial de las monedas y billetes y de la existencia de un Banco Central Europeo que responde por ello.

¿Por qué ha fallado el sistema bancario? Porque se han excedido en sus atribuciones y no han funcionado los agentes reguladores, en nuestro país, el Banco de España. Se han concedido créditos aún a sabiendas de su dudoso o imposible cobro, se han hecho inversiones asumiendo riesgos que ningún estudiante de primero de Economía aconsejaría, y se ha engañado a muchos honrados y pequeños ahorradores. Ante esta situación, el común de la ciudadanía se pregunta si se van a ir de rositas los autores de este desaguisado y si, además, se lo vamos a pagar entre todos. Vigilen los responsables políticos, pues el punto de ruptura del aguante de la población puede no estar lejano, de no violar lo inviolable, de no romper lo irrompible y de que paguen los verdaderos culpables.

Publicado en:
http://lanzadigital.com/opinion/corralito_piloto_en_la_zona_euro-46811.html. 21-03-2013.
http://dclm.es/opiniones.php?id=591. 21-03-2013. 
Diario Lanza de Ciudad Real. Edición en papel. Pág.  29. 22-03-2013.
Artículos posteriores relacionados:
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/23/actualidad
/1364072734_477620.html
http://elpais.com/elpais/2013
/03/21/opinion/1363890549_320722.html
http://www.huffingtonpost.es/mobileweb/2013/03/25/acuerdo-rescate-chipre_n_2946738.html?icid=hp_home_top_art