viernes, 28 de diciembre de 2012

La chica de Panamá



Hace cosa de un par de semanas, la policía detuvo en el aeropuerto de El Prat (Barcelona) a una chica de 20 años, de nacionalidad panameña, que llegaba en un vuelo de los llamados calientes procedente de Bogotá (Colombia), porque presentaba una actitud sospechosa al no responder de manera coherente a las preguntas sobre su presencia en España. Al ser registrada por una agente, comprobaron que tenía gasas ensangrentadas bajo sus pechos. Una vez llevada al cercano hospital de Bellvitge, certificaron que le habían practicado una mala operación, aún sin cicatrizar, para introducirle en cada mama una bolsa con cocaína; en total casi 1,4 kilos.

He de confesar que me impactó la noticia. Uno se hace sus conjeturas sobre qué puede haber llevado a una chica, en la flor de la vida, a dejarse hacer ese tipo de carnicería en una parte tan íntima para hacer de “mula” en ese sórdido mundo del tráfico de drogas, y cobrar de media unos 4.000 euros por transporte. La conclusión no es otra que la miseria de unas personas  y lo miserables que son quienes se aprovechan de ellas.

En el mundo hay básicamente tres mercados miserables: El tráfico de drogas, el tráfico de armas y el tráfico de personas. Luego existen las subdivisiones. El denominador común es que unos seres humanos ganan ingentes cantidades de dinero a costa del sufrimiento vital de congéneres suyos. En el tráfico de armas, los Estados suelen mirar hacia otro lado mientras ponen el cazo, pero los otros dos mercados se escapan a su control. La generación de enormes cantidades de dinero negro, hace de su blanqueo un lucrativo negocio del que no son ajenos los llamados criminales de guante blanco; algunos, conocidos y reputados ciudadanos.

En una crisis como la actual, que algunos califican ya de auténtica tercera guerra mundial, pues el sufrimiento que está ocasionando es de ese calibre para muchas personas, los que ganan dinero de manera indecente están ganando más todavía. Pero esta sociedad se diferencia de la de otras épocas en que hay mucha más información. Ahora, a los miserables les resulta más difícil ocultar sus tejemanejes.

La clave está en que los gobernantes de los territorios se sumen al pueblo en defensa de los intereses de la mayoría y que la Justicia ponga a buen recaudo a quienes se salten las leyes, algo que ya han hecho en Islandia. Solo así pararemos el decidido avance hacia el desastre general y emprenderemos la senda de la recuperación. Recuperación que será buena para todos, también para los miserables, qué le vamos a hacer.

Publicado en:
http://www.dclm.es/opiniones.php?id=443. 28-12-2012.
Lanza de Ciudad Real, edición en papel, pág.  28. 30-12-2012.

Artículos posteriores, relacionados:
http://www.publico.es/dinero/448177/condenados-en-islandia-los-dos-primeros-banqueros-por-la-crisis-financiera.

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