martes, 9 de agosto de 2016

En mi ciudad somos solidarios


¿Cómo se descubre que somos solidarios? Mirando al suelo. ¿Y qué vemos? Pues paquetes de tabaco vacíos que arrojan los muy solidarios fumadores; algún que otro envoltorio de bollería industrial que dejan los solidarios niños (a quienes sus padres no han acostumbrado a hacerlo de otra manera); latas de bebidas que los solidarios jóvenes dejan a un metro de una papelera; excrementos de mascotas, y un largo etcétera. 

Algunos son tan solidarios que en vez de tirar una hoja de papel al suelo, tal cual, la hacen pedacitos antes. ¿Y por qué hablo de solidaridad? Pues porque crea puestos de trabajo como barrendero/a, fomenta la fabricación de máquinas barredoras, escobas y demás utensilios de limpieza... No como sucede en las limpias ciudades del norte de España o en cualquier pueblo una vez pasados los Pirineos. Allí la gente no arroja al suelo ni una colilla, y así no hay manera de crear empleo

Hace unos años, me comentaba un compañero de trabajo, fumador, que comprar un paquete de tabaco en el estanco era colaborar con la cadena económica desde la plantación hasta ahí. Además, presumía de dar trabajo a toda la red sanitaria con su adicción y, si luego tiraba el paquete al suelo, ayudaba al fomento del empleo. Ya lleva unos años sin fumar por un susto relacionado con la salud, ya no colabora con esas cadenas solidarias, y se encuentra muy bien. 

A lo mejor es hora de plantearnos ser un poco menos solidarios y parecernos más a esos paisanos de las ciudades del norte de España o a nuestros vecinos de allende los Pirineos y gozar de calles, plazas, parques y jardines más acordes a cómo nos gustaría que estuvieran.

Publicado en:
http://imasinformacion.es/not/18523/en-mi-ciudad-somos-solidarios/
Lanza de Ciudad Real. Edición papel, pág 24. 10-08-2016. 

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