miércoles, 26 de agosto de 2015

Los raros


Solemos llamar raro a lo que no es habitual, a lo distinto, a lo extraordinario. Puede sucedernos con la ropa, con las personas, con las costumbres, con el paisaje... Hace unos días he regresado de pasar unas cortas vacaciones en la Bretaña francesa y he podido constatar lo raros que son los franceses, y no sólo porque hablen en francés y se entiendan. 

Sorprende no ver ni un papel en el suelo por ningún sitio, ni en el pueblo más pequeño y olvidado. Sorprende ver las cunetas sin botellas ni bolsas de plástico, latas, pañales y otros restos de la "civilización". Y lo más sorprendente es la cantidad de bosques que hay, con los árboles al borde de la carretera y sin quemar. 

Tienen otras rarezas, como no poner tapa con la cerveza o el vino y cobrarte por un chato como si hubieras pedido una botella; aunque en otras zonas de España ya pasa eso también. No hacen ruido por la noche, comen y cenan temprano y se acuestan pronto.

Mientras estaba escribiendo estas líneas, doce de la noche, un grupo de críos ha pasado por la calle montando un escándalo importante. Al asomarme he podido comprobar que sus padres estaban cerca, sin que a éstos les pareciera raro pues no he visto que les reprimieran su conducta.

Quizá vaya siendo hora de dejar de mirarnos el ombligo y tener en cuenta otras culturas, otras formas de ver la vida y de actuar de cara al bien común. A lo mejor llegaríamos a la conclusión de que los raros podríamos ser nosotros. Quizá sea verdad que vemos la paja en el ojo ajeno, pero no vemos la viga en el nuestro. Una cierta dosis de empatía nos iría a todos muy bien.

Publicado en:
http://www.elcrisoldeciudadreal.es/2015/08/26/85107/los-raros/
http://imasinformacion.es/not/13542/los-raros/
http://www.dclm.es/opiniones.php?id=2010
http://www.lanzadigital.com/news/show/opinion/los-raros/85355
Lanza de Ciudad Real, edición papel, pag. 26. 27-08-2015.

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